sábado, 15 de septiembre de 2012

El triunfo de los mediocres. Estremecedor artículo del periodista David Jiménez.

Autor: David Jiménez.
Blog: http://davidjimenezblog.com/ (Blog muy recomendable).


Quizá ha llegado la hora de aceptar que nuestra crisis es más que económica, va más allá de estos o aquellos políticos, de la codicia de los banqueros o la prima de riesgo. Asumir que nuestros problemas no se terminarán cambiando a un partido por otro, con otra batería de medidas urgentes o una huelga general. Reconocer que el principal problema de España no es Grecia, el euro o la señora Merkel. Admitir, para tratar de corregirlo, que nos hemos convertido en un país mediocre.  Ningún país alcanza semejante condición de la noche a la mañana. Tampoco en tres o cuatro años. Es el resultado de una cadena que comienza en la escuela y termina en la clase dirigente. Hemos creado una cultura en la que los mediocres son los alumnos más populares en el colegio, los primeros en ser ascendidos en la oficina, los que más se hacen escuchar en los medios de comunicación y a los únicos que votamos en las elecciones, sin importar lo que hagan. Porque son de los nuestros. Estamos tan acostumbrados a nuestra mediocridad que hemos terminado por aceptarla como el estado natural de las cosas. Sus excepciones, casi siempre reducidas al deporte, nos sirven para negar la evidencia.
Mediocre es un país donde sus habitantes pasan una media de 134 minutos al día frente a un televisor que muestra principalmente basura. Mediocre es un país que en toda la democracia no ha dado un presidente que hablara inglés o tuviera mínimos conocimientos sobre política internacional. Mediocre es el único país del mundo que, en su sectarismo rancio, ha conseguido dividir incluso a las asociaciones de víctimas del terrorismo. Mediocre es un país que ha reformado su sistema educativo trece veces en tres décadas hasta situar a sus estudiantes a la cola del mundo desarrollado. Mediocre es un país que no tiene una sola universidad entre las 150 mejores del mundo y fuerza a sus mejores investigadores a exiliarse para sobrevivir.
Mediocre es un país con una cuarta parte de su población en paro que sin embargo encuentra más motivos para indignarse cuando los guiñoles de un país vecino bromean sobre sus deportistas. Es mediocre un país donde la brillantez del otro provoca recelo, la creatividad es marginada -cuando no robada impunemente- y la independencia sancionada. Un país que ha hecho de la mediocridad la gran aspiración nacional, perseguida sin complejos por esos miles de jóvenes que buscan ocupar la próxima plaza en el concurso Gran Hermano, por políticos que se insultan sin aportar una idea, por jefes que se rodean de mediocres para disimular su propia mediocridad y por estudiantes que ridiculizan al compañero que se esfuerza.
Mediocre es un país que ha permitido fomentado celebrado el triunfo de los mediocres, arrinconando la excelencia hasta dejarle dos opciones: marcharse o dejarse engullir por la imparable marea gris de la mediocridad.
Escrito por: David Jiménez (Barcelona, 1971). Periodista.

2 comentarios:

  1. Me puse en contacto con el autor, que amablemente me permitió publicar su artículo en este espacio.

    El texto me parece estupendo, para leer...y reflexionar.

    Si personas como David Jiménez (autor del texto), siguen ofreciéndonos sus joyas en forma de artículos, y nosotros los leemos, confío en que un día podamos salir de la mediocridad.

    Gracias,
    Pablo González Santamaría
    http://www.dinerospublicos.es

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  2. Totalmente de acuerdo.
    Este es un país donde la cultura está en manos de ambiciosos sin escrúpulos y necios de escasa inteligencia. Donde los gobernantes nunca han vivido de sus manos, sin que jamás hayan tenido un contrato de trabajo y que solamente conocen la cultura del pelotazo. Un país donde la Justicia es lo mas injusto que se puede dar. Un país donde la democracia es una farsa. Un país donde al empresario que triunfa con honradez se le considera mal. Un país donde se permite todo lo que no se puede permitir y en el que la TV vive de los programas basura. Un país al que arriban delincuentes de cualquier parte del mundo porque para ellos esto es el paraíso.-
    ¿Qué podemos esperar? Tenemos lo que nos corresponde

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